Carta abierta de un pontevedrés

La descomposición de una nación, de una ciudad, no se mide por el nivel de bienestar pues este puede variar en diversos momentos de su historia, lo que vulgarmente se llaman altibajos económicos. La descomposición de una ciudad es el grado de reacción ante determinadas situaciones de los elementos vitales, en este caso los habitantes de "mi" ciudad, en fin de los pontevedreses. Esto viene a colación, de un cúmulo de noticias relatadas en la prensa. Noticias como la que dedicación de la inversión correspondiente al Ministerio de Fomento, es decir las infraestructuras, va a descender y ralentizar para toda Galicia con respecto a años anteriores. Solo dos alcaldes, en ciudades de primer orden, como Vigo y Ferrol, han salido a denunciar las desigualdades con el que el Gobierno de Madrid trata a los ayuntamientos en los que gobierna el PSOE y concellos donde no.

El mismo Sr. Lores, Alcalde de mi Concello, posiblemente por miedo a perder el apoyo de los socialistas no ha dicho nada de dichos presupuestos que se han adjudicado a Pontevedra y que nuestro diputado provincial _estrella_, el Sr. Louro, se atreve de llamarlos históricos. Dado estos presupuestos y su calificativo, me imagino que la titular de Promoción Turística y Económica ya no tendrá problemas económicos ni disculpas para el desarrollo de todos los proyectos que dependen de su Concejalía. La descomposición de una ciudad también se mide por la degradación de los espacios dedicados al ocio ya la cultura. Como todos sabíamos que estaba sucediendo en la Isla de las Esculturas, pero ahora la voz de alarma, no la da nadie sospechoso de ser del P.P., o "de los que falan por boca sua", y ante un foro internacional.

La descomposición de una ciudad se mide en el afán de protagonismo, "de pasar a la historia", de algunos nuestros dirigentes en hacer obras urbanísticas sin sentido y hipotecando un nuevo marco del concepto de ciudad que saldrá en el nuevo PGOU con multitud de modificaciones puntuales, proyectos con nombre tan ridículos como "Conexión con el rio" como si algunos de ellos nos lo quisieran descubrir, como "La historia interminable" no de Michael Ende sino la del parking de la Plaza de España,... La descomposición de una ciudad se constata en la falta de gobernabilidad, de este gobierno que se va extinguiendo lánguidamente hasta limites en que los concejales del mismo partido tiene que darse explicaciones públicamente unos a otros como es en el caso de Tafisa. La descomposición de "mi" ciudad se siente porque una ciudad es para disfrutarla, no para sufrirla. Pontevedra una ciudad con un magnifico casco histórico sufre a su alrededor del mismo, graves problemas: el "unidireccionalismo circulatorio", falta de accesibilidad, el despropósito de unos servicios de limpieza antiguados,... Todas estas causas me mueven y me motivan a mí como ciudadano que soy de Pontevedra. ¨¿Lo que me preocupa es si no hay nadie más que sienta lo mismo que yo, tanto en el ámbito individual como colectivo (asociaciones, partidos políticos, centrales sindicales, organizaciones económico-empresariales,...)?.

Lo que tenía que hacer y decir lo he hecho y dicho por "rabia y orgullo" que bien podría ser el titulo mas adecuado a este mi articulo pero para eso tendría que pedirle permiso a la escritora italiana Oriana Fallaci", y ahora añado ya no se lo puedo pedir.

Gregorio A. Andion

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