El caos de la reforma de Paseo de Colon (y 3)

Ya advertí en su día, con una carta a los medios, que esa glorieta diseñada en Paseo de Colón era un disparate que no serviría para absorver los más de 15.000 vehículos diarios que acceden desde Poio a Pontevedra, eso sin sumar los de salida que indudablemente también irán a para a esa fantástica glorieta.

Hoy la prensa recoge el sentir de los vecinos ante la incredulidad de los viandantes: "Los conductores que salían ayer de Pontevedra por el puente de A Barca no daban crédito. La rotonda que se ha habilitado en la confluencia de Colón, Alfonso XIII y Echegaray no parece tener ningún sentido. De hecho, un tercio de su recorrido ni siquiera se utiliza.
No es que los técnicos se hayan vuelto locos. La aparente sinrazón tiene una explicación: la rotonda que ahora es absurda tendrá su razón de ser cuando el puente de A Barca tenga un sentido único de circulación, de entrada a la ciudad. Entonces, servirá para distribuir el tráfico hacia Colón y hacia Echegaray, que también cambiará el sentido, mientras que Alfonso XIII previsiblemente mantendrá su dirección actual para poder acceder hacia paseo de Colón."

El cúmulo de despropósitos alcanza cotas inimaginables. Para empezar, el diseño de la glorieta fue mucho antes de que se proyectara el Puente das Correntes, dentro de la famosa financiación de la Consellería de Vivienda de unos 5,4 mll. de € para el entorno de Sta. María y el viejo barrio de A Moureira. Por lo tanto que no se les ocurra mentir ni un segundo más en este punto.

Por otro lado, si se cambia de sentido la calle Echegaray, donde he residido toda mi vida, los vehículos irían a desembocar al frente de la Alameda con la Plaza de España practicamente cerrada por las obras del nuevo parking.

La falta de planificación, el desgobierno y la sinrazón de este bipartito cada día se supera un poco más.

Y me gustaría aclarar diversas noticias que he visto en numerosos medios sobre el pintado de Paseo de Colón, anunciado para el 10 de abril y que fue cambiado para el 15 sin aviso a los vecinos.

Se alabó que la medida fuera de noche y yo quiero denunciar que se empezó como muy tarde a las 20:00 h., hora a la que regresaba con mi coche al garaje y donde Colón ya estaba cerrado.

Accedía por Alfonso XIII donde no había señalización ninguna y fui obligado a girar hacia Poio por el Puente de la Barca, donde nos juntábamos con los vehículos que querían entrar en Pontevedra y que no podían, por cortarse el tráfico en dirección Pontevedra en la zona del Puente da Barca, provocándose el atasco monumental.

Tardé más de una hora en conseguir llegar a la rotonda de San Roque para poder acceder por fin a mi garaje, cuando me encuentro ahora con una escavadora impidiendo el acceso a Echegaray, la cual había sido cortada a la par que todo el Puente da Barca definitivamente. La policía local me indica que la señalización corre por cuenta de la empresa, ante mis avisos del caos que estaban montando, y me envían a dar la vuelta a la Plaza de España para acceder a Echegaray. Cuando llego me encuentro con esto que justo lo acaban de instalar.

Hay que armarse de mucha paciencia para no perder los nervios. La Local se encontraba al fondo, en la intersección con Echegaray así que esperé y esperé mientras diversos vehículos pitaban. No estaba dispuesto a que me volvieran a tomar el pelo y al final me arreglaron para que pudiese entrar en mi garaje, pero no quiero ni pensar lo que pasaría a otros vecinos.

La lección primera que debe regir toda obra de estas características es: primero señalizo y luego desvío, y no al revés. La Policía Local y la empresa deben actuar coordinados en todo momento y no por libre cada uno, echándose el muerto el uno al otro.

Creo que ya son muy numerosas las reformas llevadas a cabo en nuestra ciudad como para tener preparado un protocolo adecuado de actuación para estos casos, pero seguimos en las mismas, y seguiremos.

2 comentarios:

Anónimo dijo...

¡Joder!Esa "escabadora" daña a la vista

Sísar dijo...

Pues sí ;-) de hecho creo que es esa misma la que sigue en la glorieta aparcada en la zona inútil por la que no se puede circular.