Una vida de premio

Hace ya 4 meses que compartí con vosotros un conmovedor trocito de un documental llamado Manuel y Elisa, que luego resultó ser obra de un antiguo compañero de la infancia.

Hoy, nuevamente a través de la prensa, me entero de que ha sido galardonado como Mejor Documental Gallego en el
Play Doc de Tui. Os lo vuelvo a dejar junto con la noticia aparecido hoy en La Voz.

Cuenta Manuel Fernández-Valdés que cuando propuso a Manuel Rodríguez, O Trinta, y Elisa Flores rodar un documental sobre su vida cotidiana en O Rosal, estos aceptaron, aunque no sabían si esta tenía algo de extraordinario para filmar: «Les hacía gracia». Ayer por la mañana, el realizador pontevedrés estaba deseando llamarles para contarles que su película, Manuel y Elisa, fue una de los ganadoras del festival Play Doc de Tui, en concreto en el apartado de mejor documental gallego, un premio que compartió con Oliver Laxe y su filme Paris # 1.

Este es el primer reconocimiento que recibe el fotógrafo Fernández-Valdés en su incursión en el cine y ayer se mostraba muy satisfecho a su regreso a Madrid, donde vive y trabaja en la actualidad en foto fija de varias series de TVE. «Estoy muy contento, porque la película la empezamos ya hace dos años -explica-. Y de repente llega el momento de las alegrías. El día de la proyección hubo mucha gente y estuvo muy bien también». Ese día, Manuel se llevó a sus actores protagonistas, a los que ahora han podido ver ante las cámaras todos sus vecinos. Este ha sido el primer premio -con 2.000 euros de dotación- para Manuel y Elisa, pero la lista puede incrementarse el próximo 30 de abril, ya que el filme es uno de los nominados para esta categoría en los premios Mestre Mateo. La gala se celebrará en el Pazo da Cultura, así que puede decirse que Manuel tiene la ventaja de jugar en casa.


El rodaje se llevó a cabo hace ahora dos años. Todo surgió después de que Fernández-Valdés leyera el libro Os vellos oficios, de Vázquez Pintor. Pensó que sería un buen proyecto realizar los retratos de esas entrevistas que aparecían en la obra y el primero con el que contactó fue Manuel Rodríguez, un telleiro conocido como O Trinta. «Tenía esa personalidad cariñosa, carismática, con carácter -narra el realizador-. Mantuvimos el contacto después y pensé que este era el documental sobre el rural en Galicia que quería hacer. Hasta entonces no sabía bien qué punto de vista adoptar. Pero cuando vi sus fotos pensé que cabía algo más».

El director y el responsable de sonido vivieron cuatro meses (dos en otoño y dos en primavera) con el matrimonio y filmaron su vida cotidiana. «Teníamos que ser poquitos para que ellos pudieran hacer su vida sin que molestáramos -señala Manuel-. Fue una cosa muy amateur, que es lo que creo que le da a la película esa cercanía con la cámara. Ellos están relajados. Es como si fuera un vídeo casero de nuestra experiencia allí. Una experiencia muy bonita. El hecho de que se haya visto y que ha estado al lado de otras películas anima mucho, en el sentido de que este método de trabajar se puede hacer».

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