La Balustrada se queda en su sitio

El BNG renuncia a su primitiva idea de suprimir la polémica barandilla, criticada por el PP, y la mantendrá, aunque desplazada hacia la calle Naranjo.

La polémica balaustrada de piedra de la calle Padre Luis, que se ha convertido en los últimos meses en uno de los principales caballos de batalla entre el BNG y el PP, se quedará finalmente en ese mismo entorno. El gobierno local ha renunciado a su idea primitiva de eliminar la barandilla y ha optado por conservarla muy cerca de donde se encuentra ahora, según explicó el concejal de Urbanismo César Mosquera.
El destino de la balaustrada, negociado ya de forma verbal con la Dirección Xeral de Patrimonio, será su total restauración y su reubicación en la misma zona. Si hasta ahora se sitúa entre los edificios del Museo de Fernández López y Castro Monteaguado, con la propuesta enviada a Patrimonio, la barandilla seguirá unida al Fernández López, pero se girará su trayectoria unos 80 grados para ocupar la calle Naranjo. En su estructura se integrarán los escudos actuales.
La reubicación de este elemento forma parte del plan de reforma urbana de la calle Padre Luis, en otras desde hace semanas.
Mosquera negó ayer que esta cambio de decisión obedezca a la campaña emprendida por el PP local, cuya portavoz, Teresa Pedrosa, llegó a amenazar con encadenarse a la pieza y que organizó una concentración ciudadana que reunió a medio millar de personas. Según Mosquera, "siempre se pensó en restaurarla y reubicarla", pese a que los planes originales apuntaban a su supresión.
Con el emplazamiento elegido, que se justifica por ser la "solución menos agresiva", la barandilla servirá para delimitar los ligeros desniveles que se aplicarán en todo el ámbito. La idea es dejar al mismo nivel, mediante una amplia rampa, con muy poca pendiente, la calle Padre Luis y la plaza de A Leña.
Esta disposición obliga a habilitar algún tramo de escalones a ambos lados de la rampa como ocurre, por ejemplo en la plaza de Curros Enríquez, frente al Mercantil.
Esa diferencia de tratamiento se delimitará con esta balaustrada, una vez restaurada.
En su confluencia con el edificio Fernández López está previsto habilitar una escalinata, al igual que en su otro extremo. Se estima que la barandilla tendrá unos seis metros de longitud y estará en medio del entronque entre Naranjo y Padre Luis.
La propuesta, en todo caso, debe ser aceptada todavía por Patrimonio y no hay constancia, por otra parte, de que haya sido comentada con el Museo.


Un atisbo de cordura y sensatez en Mosquera. No doy crédito!!! Por lo menos esta vez ha escuchado las quejas vecinales. Rectificar es de sabios señor Mosquera así que por esta vez no me meteré con usted. Enhorabuena!!

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