Final feliz para la Balaustrada

Nunca una barandilla, en apariencia simple, dio tanta guerra ni sacó a la calle a más de medio millar de personas para defender su ubicación. Nunca hasta ahora se había encadenado -aunque lo hiciera de forma simbólica- una política del Partido Popular, como hizo la portavoz de la oposición, Teresa Pedrosa, para evitar que la balaustrada en cuestión fuera suprimida para dar paso a una rampa.

Y pocas veces, hasta ahora, el concejal de Urbanismo, César Mosquera, ha reconsiderado un proyecto de cuño propio, como finalmente hizo. Tras varios meses de ríos de tinta, la barandilla más famosa de Pontevedra, la que separa Padre Luis de la plaza de A Leña, o dicho de otro modo, divide visualmente la zona nueva, en un punto de escaso valor arquitectónico, de lugares más relevantes, sino el más, del centro histórico, seguirá siendo testigo desde el mismo entorno de los cambios urbanísticos de la ciudad. Aunque lo hará desde otra perspectiva, cambiando su posición.

Al menos, así lo contempla la nueva propuesta que el Ayuntamiento remitió en noviembre a la Dirección Xeral de Patrimonio, y sin previo conocimiento de la comisión de Urbanismo, donde expone el nuevo tratamiento que pretende darle a esta zona en la confluencia de las calles Naranjo, Padre Luis y Pasantería, abierta, sin embargo, aún a posibles modificaciones.

Pero esta balaustrada de piedra con los escudos heráldicos, situada actualmente entre los dos edificios del Museo, y en un lamentable estado de conservación, ha sufrido no pocas vicisitudes a lo largo de la historia.

Hasta ahora se han desarrollado distintas teorías -enmarcadas en un conflicto político que aún colea- sobre un origen que la vincula a Castelao, quien según Pedrosa, decidió su actual ubicación.

El BNG, por su parte, reconoce que el ilustre galleguista salvó la barandilla de su destrucción en 1929, cuando se derribó el pazo de San Román (en la confluencia de Curros Enríquez con la calle Real), guardándola en el Museo. Sin embargo, los nacionalistas matizan que no fue hasta 30 años después, con el rianxeiro ya enterrado en Argentina, cuando se decidió rescatar la balaustrada de un almacén para ubicarla junto a las escaleras, al lado del Museo.

Pero, fuera el que fuera el año de su colocación, lo cierto es que el proyecto de paso elevado para enlazar el Museo Provincial está datado en abril de 1943, como lo prueban los documentos que guarda el propio Museo. Por aquel entonces, Alfonso Daniel Rodríguez Castelao, Cousas da vida, si bien vivía en el doloroso exilio, aún no yacía bajo tierra por fortuna para él y para el nacionalismo gallego que pudo contar con su obra capital, Sempre en Galiza, publicada un año después, de la data que situó por primera vez la famosa balaustrada en su lugar actual.

Por lo tanto se desmonta uno de los argumentos del sectario señor Mosquera al decir que Castelao no tenía idea de su actual ubicación y que fue puesta allí para servir de "paracoches". Escaso recurso intelectual para justificar una obra de arrebato individualista y a espaldas de la ciudadanía, como siempre. No contaba él, con el alto valor de los escudos heráldicos ni con la impronta figura de Castelao de trasfondo. Cuestión de una pobreza histórica que le lleva a realizar obras de esta manera y que le obligó incluso a mentir al decir que los técnicos del Museo estaban de acuerdo con su traslado.

Pero no me llevo a engaño y creo que aquí hemos tenido suerte porque surgió la figura de Castelao, con la que no contaba, y ahí los cimientos de su partido ante semejante atropelía podrían acarrear consecuencias aún mayores.

Observo con tristeza como desecharon las más de 3.000 firmas recogidas en contra de la reforma de la Plaza de Concepción Arenal y al final salió porque sí y ahora es una plaza vacía y sin vida. Paso a diario por allí y el ajetreo y vida social es nulo. Ahora los vecinos de Salvador Moreno, a pesar de tenerlo todo en contra, también alzan su voz contra este señor que se comporta como un dictador en su propia ciudad sin darse cuenta de que la está hipotecando para las generaciones venideras, o sí. Mi más sincera admiración a este colectivo de vecinos que ya disponen de mi firma en contra de una obra que vengo denunciando desde el mes de Junio de todos los problemas que iba a acarrear. Y no soy ningún técnico experto en la materia, pero tengo sentido común y vivo y siento Pontevedra como el que más y era obvio que una obra de esta envergadura llevada de esta manera iba a provocar este caos.

Y en breve le toca el turno a la calle Paseo de Colón. Como dice el anterior post, apróvechense los cinturones porque eso sí que va a ser el estruendo final.

PONTEVEDRA DESPIERTA!!!



8 comentarios:

Marta dijo...

Qué guay, por fin dejan estar la balaustrada!!

Marta dijo...

Qué guay, por fin dejan estar la balaustrada!!

Anónimo dijo...

Ni en mis peores pesadillas podía imaginar a Abal con un megáfono...

Marta dijo...

jajaja qué malos sois

Anónimo dijo...

Abal, no pensais poner nunca papel higiénico en los baños de vuestro pub?

Sísar dijo...

Siempre que aparece el texto en gris está sacado de una fuente peridística. Ya lo he comentado más veces. El redactor, pues tienes razón, pero por razones de no meterlo en líos sólo utilizo su artículo porque luego yo me baso en él para expresar mi opinión y mi parecer y puedo a lo mejor desvirtuar la intención inicial de su creador dando un sentido que no era el correcto.

Anónimo dijo...

Sí, pero y el papel higiénico?

Anónimo dijo...

Ayer tuve que limpiarme el culo contra los azulejos. PAPEL YA!!