De verdades, medias verdades... y engaños.

Este domingo visita Pasarón el Rayo Vallecano, club que para la mayoría posee la mejor plantilla de la categoría. Entre sus filas, los vallecanos cuentan con la presencia del ex granate Rubén Reyes, protagonista del principal culebrón de verano en la casa granate. Para los no aficionados al balompié, indicar que el asturiano abandonó la nave granate en el mes de julio argumentando poseer ofertas de superior categoría y “falta de motivación” para jugar otro año más en la categoría de bronce. Días después, fichaba por el Rayo Vallecano, principal rival del club granate y con el que existe una gran rivalidad desde hace un tiempo.
En una interesante entrevista publicada hoy en el Diario de Pontevedra, Rubén señala alguna de las causas de su marcha indicando, entre otras cosas, lo siguiente: “...la primera cosa que valoré fue mi situación familiar. Tanto en el club como mucha gente de Pontevedra sabían lo que habíamos pasado mi mujer y yo por una pérdida de un familiar directo (muerte de su suegro) y por otra pérdida muy importante para mi mujer y para mí (su esposa sufrió un aborto). No estábamos pasando por nuestro mejor momento y no era bueno que estuviésemos un año separados. Salió esta opción y no la pude descartar (...) no quería utilizar a mi mujer desde un principio. En el club sabían lo que habíamos pasado durante el año, lo difícil que había sido para mí esa temporada en el aspecto psicológico y no quise involucrarla. Más que mentir, dije otras verdades: había otros equipos que me querían, pero en el momento que supe que el Rayo estaba interesado en mí porque iba a pagar el finiquito en el Pontevedra, no dudé de esa opción porque no existía una posibilidad mejor”.
El jugador arremete también contra alguien de la junta directiva del Pontevedra al decir: “...hubo una persona del Pontevedra que no jugó limpio conmigo. No es directamente el presidente. Aunque el presidente pudo decir lo que quiso en su momento. Él sabía cuál era mi situación personal y aún así dijo que me fui por dinero, cuando realmente fui el futbolista posiblemente más barato de la historia reciente del Pontevedra. Que nadie olvide que jugué por dos millones y medio de pesetas (15.000 euros) este año y medio. Con lo que perdoné yéndome de Albacete y los 60.000 euros que tuve que pagar de mi bolsillo para marcharme, creo que di mucha rentabilidad a ese equipo. Vine de categorías superiores. No muchos habrían hecho lo que yo con el Pontevedra. Pero al final las cosas se valoran de esa manera. Hay un dicho muy importante: de bien nacido es ser agradecido. Yo estoy agradecido al Pontevedra. Sólo espero que esas personas me lo estén a mí. Al final hicieron algún tipo de comentarios que no me parecieron apropiados (...) la gente creía que yo era el que más cobraba de la plantilla y no era así. En el tiempo que viví allí lo hice con el dinero que había ganado antes”.
Lo primero que no le encaja al aficionado granate es su marcha a la entidad vallecana. Antes de cerrar su finiquito, el jugador indicaba que las causas de su marcha eran dos: su falta de motivación y la existencia de ofertas de otros clubes ( hasta donde sé yo del Xerez y del Luton Town de la Second Division inglesa). Por tanto, no tiene mucho sentido abandonar la entidad pontevedresa para enrolarse en las filas de un club de categoría y aspiraciones similares a las del Pontevedra.
En cuanto al tema monetario, discrepo también seriamente con Rubén. Los contratos son para cumplirlos y del mismo modo que a un jugador no se le puede sacionar por bajo rendimiento tampoco puede ser que deicida irse cuando quiera. Del Albacete vino tras media temporada sin apenas jugar, con lo que la disculpa de “jugador de superior categoría que se digna a bajar” no cuela mucho tampoco. En cuanto a los 60.000 euros abonados para abandonar el Pontevedra, señalar que su cláusula de rescisión era mayor. Finalmente, en cuanto a su sueldo en la casa granate, servidor tiene entendido que la ficha del asturiano era la segunda en cantidad del equipo y superior a más de un jugador de categoría superior. Decir que el tiempo que estuvo aquí vivió con lo que había ganado antes es una mentira y una grave acusación. Se fue de Albacete dejando de ganar dinero (no pagando) y aquí vamos por la décima temporada consecutiva sin impagos a los jugadores. Eso no quita que haya miembros en el organigrama del Pontevedra cuya actitud y trabajo son más que dudosa y que regatean a la directiva y a la afición del mismo modo que cuando corrían por la banda de Pasarón (a buen entendedor...).
Otra cosa que cuesta entender es el tema familiar... máxime teniendo en cuenta la duración del contrato que firmó y que a las pocas semanas de llegar a Pontevedra se estaba planteando la idea de comprar un piso.
Lo cierto es que casos con el de Rubén Reyes corroboran la teoría de que el jugador profesional es caprichoso y consentido... y que la peseta es la peseta. La verdad, es que personas que se dedican a vivir de lo que siempre han soñado y que ganan en un año más que la mayoría de nosotros en una década (como es el caso) debían tener un poco más respeto por el personal... y por lo menos no engañar.

Y luego no quieren que los traten como a mercancía...