David Cal abandonado por la Xunta

Ya sabía algo del asunto gracias a los muchos amigos piragüistas que tengo y que me permiten conocer de primera mano todos sus problemas. Pero hoy una artículo del emblemático Lois Blanco en la contraportada de La Voz ha suscitado en mí mucha frustación y rabia. Suscribo punto por punto todas palabras de Lois Blanco. Por desgracia actuaciones de este tipo vienen siendo normales entre nuestros deportistas de alto nivel. Yo a esto le llamo sectarismo puro y duro, palabra que el propio Lois llega a nombrar. Aquí os la dejo.

País, País
David no es un DGAN

El único oro olímpico que conoce Galicia no figura en la lista de deportistas a los que la Xunta les concede ayudas económicas este año. El que escaló hasta la cúspide del piragüismo no es un DGAN (deportista galego de alto nivel), porque se trata de David Cal, quien no ha rendido pleitesía suficiente a la conselleira del ramo.

Oro y plata olímpicos colgados en el pecho, oro y bronce en el último mundial, pero Cal palea entre las barcas de las aguas del Lérez y entrena en un gimnasio prestado por una asociación náutica de Pontevedra. El hijo de un matrimonio de panaderos de O Hío (Cangas) no disfruta de las instalaciones del Centro de Tecnificación Deportiva ni de las impolutas pistas de piragüismo para los DGAN de la Xunta.

Según la versión oficial, David Cal no solicitó renovar su carné de DGAN y, en consecuencia, queda fuera de las ayudas al colectivo. De acuerdo con este relato, la Xunta le envió una carta sin ni siquiera certificar, para anunciarle que caducaba su condición de DGAN. Sin saber si la había recibido, ya no volvieron a avisarle. Como hay tantos oros olímpicos y mundialistas por aquí, parece ser que su nombre no se echó en falta antes de publicar la lista de ayudas económicas. Vaya, vaya.

El argumento no se sostiene; son volutas de humo para desviar la atención sobre el hecho de que el único deportista español con un oro y una plata en una misma olimpiada y reciente campeón del mundo en C-1 500 se entrena para los Juegos de Pekín de espaldas a la Xunta.

Los que conocen la historia del desencuentro se remontan a los inicios del desembarco de Ánxela Bugallo a la Consellería de Cultura e Deporte. Tímido y dedicado solo a palear en el agua mejor que nadie, Cal no encontró en los actuales gestores deportivos de lo público el apoyo ni las facilidades que se esperan de una administración con quien, haga lo que haga en el futuro, consiguió en el 2004 un hito olímpico para Galicia y España. Si el de O Hío le entró mal por el ojo a la conselleira, el cargo institucional de esta no le permite caprichos o, lo que sería peor, discriminaciones deportivas por sectarismo ideológico.

Cal en las pistas de agua, Gómez Noya en triatlón y los regatistas Fernando Echávarri y Antón Paz son los candidatos más firmes de Galicia para subirse este verano al cajón en Pekín. Si ellos o cualquiera de otros deportistas gallegos que aspiran a integrar el equipo olímpico se cuelgan un oro en China, a todos nos entrará un gusanillo de satisfacción por el cuerpo ese día. Si el laureado es otra vez David Cal, el de O Hío se habrá asentado en el Olimpo. Pero sin nuestra ayuda ni el apoyo de las instituciones autonómicas, porque a los ojos de Ánxela Bugallo no es un deportista gallego de alto nivel. No tiene derecho a recibir la ayuda económica porque no es un DGAN. Cuando pasen los años, el nombre de David Cal seguirá vivo y el de los que lo despreciaron se habrá olvidado.

Lois Blanco