Cada día, un número creciente de gente, es consciente de que la esperanza y la solución está en la sociedad civil.
Cada día, un número creciente de gente, está asumiendo su responsabilidad.
Cada día, un número creciente de gente, ha dejado de confiar en los falsos líderes de la sociedad, para confiar en sí mismo, y buscar la fraternidad de los otros.
Cada día, un número creciente de gente, es consciente de que la agenda del Gobierno nos lleva al desastre y la ruina, y es preciso que la sociedad civil imponga su propia agenda.
Cada día, un número de creciente de gente, se está dando cuenta que el poder reside en cada uno, en su voto, su ahorro y su fiscalidad, y que unidos seremos imbatibles e imparables.
Cada día, un número creciente de gente, está sacudiendo el pesimismo y saliendo de las trampas de las mentiras del sistema, para empezar a luchar y a ser líder de sí mismo.
Cada día, un número creciente de gente, está entrando en la convicción de que podemos cortar los suministros y poner a trabajar a cuantos viven del cuento y del esfuerzo de los demás.
Cada día, un número creciente de gente, está ejerciendo su libertad y está dispuesta a conquistar su futuro.
Cada día, un número creciente de gente, pronto la mayoría, está pensando por libre y dándose cuenta de que la regeneración es posible, de que una sociedad justa que no penalice al laborioso y al emprendedor es posible, que una democracia representativa es posible.
Toda esa gente, cada día más, confluirá el 14 de febrero a las 12 horas en la Plaza de Colón.
Será un día de júbilo y de regeneración que no dejará a nadie indiferente.
Cada día, un número creciente de gente, está asumiendo su responsabilidad.
Cada día, un número creciente de gente, ha dejado de confiar en los falsos líderes de la sociedad, para confiar en sí mismo, y buscar la fraternidad de los otros.
Cada día, un número creciente de gente, es consciente de que la agenda del Gobierno nos lleva al desastre y la ruina, y es preciso que la sociedad civil imponga su propia agenda.
Cada día, un número de creciente de gente, se está dando cuenta que el poder reside en cada uno, en su voto, su ahorro y su fiscalidad, y que unidos seremos imbatibles e imparables.
Cada día, un número creciente de gente, está sacudiendo el pesimismo y saliendo de las trampas de las mentiras del sistema, para empezar a luchar y a ser líder de sí mismo.
Cada día, un número creciente de gente, está entrando en la convicción de que podemos cortar los suministros y poner a trabajar a cuantos viven del cuento y del esfuerzo de los demás.
Cada día, un número creciente de gente, está ejerciendo su libertad y está dispuesta a conquistar su futuro.
Cada día, un número creciente de gente, pronto la mayoría, está pensando por libre y dándose cuenta de que la regeneración es posible, de que una sociedad justa que no penalice al laborioso y al emprendedor es posible, que una democracia representativa es posible.
Toda esa gente, cada día más, confluirá el 14 de febrero a las 12 horas en la Plaza de Colón.
Será un día de júbilo y de regeneración que no dejará a nadie indiferente.
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