El concejal de Personal en el Concello de Pontevedra no para. Primero se despachó a gusto contra la sentencia que obligaba al Concello a pagar los pluses a sus empleados temporales alegando que: es ridículo pagar prótesis, gafas y anticipos a trabajadores que entran para uno, dos o tres meses. ¿Qué les estaba llamando a los trabajadores? No conozco ni un solo caso que se asemeje a tan bravuconado disparate que tan solo trata de justificar su fracaso en su trabajo al haberle anulado el Juzgado de los Social número 3 varios artículos del convenio colectivo del personal.
Y ahora desata la que ya han calificado como la Guerra del Café debido a una circular hecha pública en la que recrimina a los funcionarios un «cierto descontrol» en cuanto al cumplimiento de horarios, «fundamentalmente en lo que se refiere a entradas, salidas y derechos de café»
Comisiones Obreras ya acaba de anunciar que estudia iniciar acciones legales contra el edil socialista, al considerar que sus declaraciones sin ningún tipo de pruebas pueden constituir un delito contra el honor de los trabajadores municipales. Y como si de un partido de tenis se tratase le devolvieron la pelota en un precioso passing denunciando que: si sus declaraciones sobre el bajo rendimiento del personal municipal también van dirigidas a los "13 concejales con dedicación exclusiva, que cuestan cerca de 95 millones de las antiguas pesetas, o a los directores xerales, que cuestan otros 33 millones". "Queremos saber también si es una autocrítica y él (el edil de Persoal) denuncia sus horas de café", precisando que "el lugar habitual de atención a la gente y a los periodistas" por parte de los concejales capitalinos "son las cafeterías de la zona".
Esas mañanas en El Gloria dan para mucho señores del Concello. Este conflicto generado de la nada es el colmo de la inoperancia e ineficacia en la gestión de los intereses de los ciudadanos. La labor de un político radica en evitar estas polémicas y ofrecer soluciones a los problemas de los ciudadanos a los cuales representa, no crearlos gratuitamente por un berrinche personal contra su dignidad. Antes que eso, se va uno para su casa y deja de ocupar el sillón que pagamos todos los pontevedreses para tan poco resultado.
Y ahora desata la que ya han calificado como la Guerra del Café debido a una circular hecha pública en la que recrimina a los funcionarios un «cierto descontrol» en cuanto al cumplimiento de horarios, «fundamentalmente en lo que se refiere a entradas, salidas y derechos de café»
Comisiones Obreras ya acaba de anunciar que estudia iniciar acciones legales contra el edil socialista, al considerar que sus declaraciones sin ningún tipo de pruebas pueden constituir un delito contra el honor de los trabajadores municipales. Y como si de un partido de tenis se tratase le devolvieron la pelota en un precioso passing denunciando que: si sus declaraciones sobre el bajo rendimiento del personal municipal también van dirigidas a los "13 concejales con dedicación exclusiva, que cuestan cerca de 95 millones de las antiguas pesetas, o a los directores xerales, que cuestan otros 33 millones". "Queremos saber también si es una autocrítica y él (el edil de Persoal) denuncia sus horas de café", precisando que "el lugar habitual de atención a la gente y a los periodistas" por parte de los concejales capitalinos "son las cafeterías de la zona".
Esas mañanas en El Gloria dan para mucho señores del Concello. Este conflicto generado de la nada es el colmo de la inoperancia e ineficacia en la gestión de los intereses de los ciudadanos. La labor de un político radica en evitar estas polémicas y ofrecer soluciones a los problemas de los ciudadanos a los cuales representa, no crearlos gratuitamente por un berrinche personal contra su dignidad. Antes que eso, se va uno para su casa y deja de ocupar el sillón que pagamos todos los pontevedreses para tan poco resultado.
1 comentarios:
Este García Lores, otro inutil unido a la abuela Casal. Acojon... asustados están, sobretodo el García Lores al saber que en nada vuelve a "dar clases". Esto se le hace grande, que ya es difícil.
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