En el recuerdo

Un 27 de Febrero de 2007 hice el siguiente post sobre la venta de un solar municipal:

El Concello resolvió ayer la venta del solar municipal de O Castañal a la empresa Poniente por 1.050.000 euros más el IVA. Esta parcela salió a subasta por 750.000 euros y pujaron por ella tres empresas, entre ellas Playamar, promotora de la nueva urbanización de O Castañal.

Resulta curioso comprobar cómo hace menos de un año en una actuación similar se procedió a vender un solar en O Gorgullón muy por debajo de su valor de mercado. La razón argumentada es que tenía un fin social, que el propio pliego del Concello valoró en hasta 20 puntos. Esto llevó a elegir una oferta de una cooperativa de profesores en vías de jubilación para hacer la nueva vía de minipisos con espacios comunes, dejando de ingresar las arcas muncipales una diferencia de 1,2 mll. € con la oferta más alta.

En el solar vendido ayer, según me consta, el fin social sólo era valorado en 5 puntos y no llego a comprender el por qué de semejante diferencia.

No voy a acusar, ni a tachar, ni a calificar aquí a nadie de nada que obviamente no entre en la casuística de las actuaciones gubernamentales. Sólo pretendo dejar constancia de dos maneras de proceder y que cada uno juzgue por sí mismo.

Hoy una entrevista en
La Voz de Galicia con el promotor es muy interesante:

El grupo -que incluye a profesionales liberales, funcionarios, empleados de banca y de diversos sectores- empezó a buscar solares en Pontevedra y alrededores hace ya ocho años. En algunos de los que tentaron fueron desplazados por promotores privados, hasta que hace dos años optaron al terreno donde construyen ahora la residencia, uno de los que puso a la venta el Concello.

Su proyecto recibió la máxima puntuación, a pesar de que no era la oferta económica más ventajosa para el Ayuntamiento (pagaron 1,6 millones de euros cuando otra empresa ofrecía 2,7). Y aunque en un principio el proyecto trascendió desde el Concello como una cooperativa que construiría minipisos para jubilados, la idea fue siempre la de la residencia.

«La mayoría de los que formamos la sociedad -añade Bernardo López- pensamos ser usuarios en el futuro o pensamos en la residencia para familiares. Aunque no necesariamente todos vamos a ir allí, la idea es que los socios puedan disponer de esa posibilidad». Pero además, las 98 plazas de que dispondrá el centro estarán abiertas a oferta pública.

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