O Presidente

Mientras busco un hueco en mi nunca tan apretada agenda para realizar un post en clave pontevedresa, valorando los resultados de los comicios electorales del pasado domingo, os dejo el último artículo de mi fiel amigo Alexander que sale hoy en el Diario de Pontevedra. Como anécdota comentaros que justo al empezar la campaña me aseguró que el PP obtendría mayoría absoluta, y él sabe que yo le creí. Solo pronostica muy de cuando en cuando y siempre ha acertado.

El pasado 1 de marzo, domingo ceniciento, expectante y lacerado, a eso de las 12 del mediodía ya algo paradójico se olía en el ambiente. Galicia comenzaba a hablar, y al final lo hizo: Muy alto y muy claro. Clamor popular y, poco a poco, a medida que se iban sabiendo las primeras noticias de las Elecciones, batacazo histórico e histérico para un bipartito PSOE-BNG que jamás pudo haber imaginado una victoria tan aplastante por parte del PP.

En ese día repasé una cena en la que había estado dos meses antes y en la que situaron frente a mí, sin yo merecerlo, a un sindicalista de todo a cien que engullía las viandas entre risas y sandeces varias, dignas del camino del derroche. Llegó a decirnos a los comensales que le sufríamos (es lo que tiene la educación), que él se había metido en el sindicato para trabajar lo menos posible. Recuerdo haber salido de allí iracundo y gratinado, con el entrecejo recomiéndome la moral y el remordimiento de haberme callado lo que me había callado. Más tarde tuve que soportar las noticias de los 4 millones gastados por parte del Sr. Touriño en unos arreglillos en su despacho, y lo peor, pancartas por doquier en las que el susodicho individuo aparecía mostrando el perfil añejo y prehistórico, y al lado el orgullo de aclarar: “O Presidente”. Pero, como decía Fontenelle: “El orgullo es el complemento de la ignorancia”.

Cuando a menos de dos meses, en plena recesión, te compras un coche de 400.000 euros y te gastas 4 millones de los mismos en aderezar un despacho y no sé qué más, da la impresión de que lo tienes todo ganado, que el escaño 38 no llegará de ninguna de las maneras, que la ciudadanía viene siendo más o menos complaciente.

Pero el domingo pasado la ciudadanía habló y obró. Más de un 70% de participación, 39 escaños insólitos por los medios de comunicación y las encuestas, y el rostro lánguido y discordante de un ex presidente Touriño que felicitaba apretando los dientes y la entrepierna al Sr. Alberto Núñez Feijoo por su aplastante mayoría absoluta. Sí, el domingo me acordé del personaje de la cena que padecí, de los trepas, de los que no trabajan por el bien común.

Por eso querría pedirle al Sr. Feijoo que cumpla lo prometido y que haga purga de la manera que sea con esos individuos que son lastre y desfachatez, ésos a los que les pagamos el sueldo todos los gallegos y que al final se ríen de la inmensa mayoría de personas que sobrellevan el día a día. No nos falle Sr. Feijoo, la ciudadanía ha apostado por el cambio y la austeridad.

Por otra parte, decirle al Sr. Touriño que le honra su dimisión, y que no es presidente, tal vez nunca lo haya sido. Que no va ha disfrutar del coche ni del despacho, decirle que los ciudadanos no somos tan memos como usted piensa, que por mucho que nos metiese en las narices “O Presidente”, sepa, si es que aún no se ha enterado, que llamarse a sí mismo socialista no quiere decir que lo sea, hay que demostrarlo, y que “O Presidente”, el legítimo, se llama Alberto Núñez Feijoo. Espero le quede claro lo dicho y tome nota de que las faltas pasan factura tarde o temprano.

Alexander Vórtice