Jorge Cubela

Todavía recuerdo la primera vez que nos vimos. Fue en el Monte do Gozo en una de esas famosas romerías que hacía todos los años Don Manuel Fraga Iribarne para la gran familia popular.

Yo no estaba ni tan siquiera afiliado pero el gusanillo político que empezaba a fluir alegremente por mis venas me hacía no poder perderme el evento por excelencia.
Me había invitado una amiga del Sagrado y allí fui sin conocer personalmente a nadie más. La estancia de dos años en Ourense me había proporcionado las tablas suficientes como para aventurarme sin miedo al mundo social.
La gente de Pontevedra teníamos una carpa en donde o Bruxo Torrado asaba unos corderos exquisitos. No éramos muchos los jóvenes que estábamos por allí -un domingo soleado, marcharse a Santiago a una comilona es algo con lo que disfrutan jubilados, casados y estómagos agradecidos, pero no jóvenes que salen el sábado hasta altas horas y disfrutan de la playa el domingo por la tarde- y enseguida, casi por selección natural acabamos todos juntos en la misma mesa. ¡Ahí lo ví por primera vez!

Pensé que sería el hijo de un concejal, de un alto cargo del Partido o de un simpatizante fanático que lleva a toda la familia a la romería. Tenía 15 años y a esa edad cualquier otra opción está descartada.
Lo que se habló en esa comida lo recuerdo muy vagamente, para que voy a engañaros. Lo único que me quedó grabado fue que tenía 15 años y había llevado a su entonces novia a Santiago a la gran fiesta del Partido Popular de Galicia. !Imagínense con 15 años tener una novia formal y por encima llevarla un domingo a un acto político con el permiso de tus padres y de los de ella¡

Pasó el día y paso la romería, como dice el dicho popular. Cuando nos veíamos por Pontevedra siempre nos saludábamos y comentábamos cualquier cosa. Unas veces por la calle, otras por la sede y alguna en la zona. Poco a poco íbamos cogiendo confianza y ganando afecto.

Accedí a la presidencia de Nuevas Generaciones de Pontevedra en un momento en que no existía (casi como ahora) y enseguida me acordé de él. Como no tenía todavía 18 años no podía tenerlo en la Junta, por lo que me las ingeniaba para traerlo como invitado. Su pasión era infinita y agradacedía cualquier pequeño detalle con todo su esfuerzo y dedicación.

Me ganó, como cuando una mujer conquista el corazón de un hombre. La fuerza y energía que ese chico irradiaba era algo que no había visto nunca en ninguna otra persona. La entrega con que se volcaba en cada pequeña situación era digno de admiración y dejaba en ridículo a muchos veinteañeros que merodeaban por las cercanías escrutando a posibles víctimas en aras de sus ansias personalistas.

Se produjo el 12 Congreso Nacional de Nuevas Generaciones en Toledo (año 2006) y tenía una invitación conmigo para asistir al mismo. Nadie se lo merercía más que él pero tenía tan solo 17 años. Conseguimos una carta firmada de Jorge Cubela padre donde daba su consentimiento para que asistiera y allá nos fuimos, sin importar lo que pensara nadie más.

Era una gozada verlo disfrutar con cada intervención, con cada charla que mantenía con presidentes regionales, provinciales y demás familia, ver sus lágrimas de emoción al conocer a Adolfo Suárez hijo y conversar con él como unos 5 minutos -debió impresionarse al ver un chico tan joven hablar de esa manera y conocimiento sobre su padre-. Creo que ahí empezó de verdad su carrera política. Fueron tres días en Toledo trabajando y conociendo a gente de toda España. Al regresar tenía una gran cartera de relaciones creadas de las que continuar aprendiendo y dar rienda suelta a todas sus capacidades.

Cumplió 18 años y nada más entrar en la facultad de Derecho en Santiago se presentó a las elecciones internas tumbando a los CAF que llevaban 25 años seguidos de hegemonía, obteniendo además el mayor respaldo de toda Galicia (VER). Su carrera era imparable y nadie podría frenarlo por mucho que los veinteañeros escrutadores de contrarios tratasen de impedírselo. Él había nacido para servir y no ser servido. Si no podía ser dentro de Nuevas Generaciones sería desde cualquier otro ámbito, con sus valores y principios por delante.

Yo me fuí de Nuevas Generaciones dedicándole mis últimas palabras como presidente y con su amistad de hermano de por vida.

Pronto todos empezaron a fijarse en él y nadie comprendía esa manera de actuar a tan temprana edad: serenidad de hombre de familia, reflexión de entrenador de fútbol, energía y vitalidad de emprendedor de éxito y la locuacidad del mejor de los políticos.


Louzán, Begoña, Lupe, Rueda, Telmo, los afiliados de Cotobade y un largo etcétera de personas de dentro y fuera del partido confiaron en él y le dieron todo su apoyo. Él se lo devolvió como mejor sabe, ganando por mayoría absoluta las elecciones a las que se presentó.
Mañana toma posesión como Alcalde en su Municpio natal a la edad de 22 años.
Toledo 2006 con el Alcázar al fondo

2 comentarios:

o blog de xesús lópez dijo...

Deséxolle toda a sorte do mundo. E coido que tí tamén has entrare na política activa.
De momento van pacta-los perdedores. Coido que eso marca un paréntesis. A ver, a ver.
Saúdos, Xesús.

Miguel A. Pazos Fernández dijo...

Me ha encantado...